Entrevista
Carmen Jáudenes, coordinadora de la Comisión de Educación del CERMI Estatal
"Al Estado le falta también información y voluntad para mantener una posición activa y constante en relación con la inclusión educativa"
08/09/2017
Beatriz Sancho - Fotos: Jorge Villa
Carmen Jaúdenes ha logrado posicionarse en esa perspectiva vital en la que se sabe con certeza lo que ya no le interesa a una y comienza a soltarlo, cual lastre, para dejar de entretenerse y poner rumbo, ligero y directo, hacia lo que realmente le importa. Dentro de su seriedad confesada, encierra un cierto humor inglés y una clara predisposición para la creación. La actual coordinadora de la comisión de Educación del CERMI menciona haber aterrizado en el mundo de la discapacidad por "carambola" -aunque su madre fuera una mujer sorda-, pero que su paso por el movimiento asociativo la colma, la inunda de satisfacción porque le hace sentir parte del cambio, ese acontecido para este sector de la población desde los años 80, cuando dice que "no había nada", hasta la exigencia máxima actual, hasta esa otra liga en la que ya están jugando hoy los dirigentes de la discapacidad.
Grosso modo, ¿cuáles son los problemas que se encuentran los más de 170.000 niños y las niñas con discapacidad en España a la hora de incluirse en la educación ordinaria y, por tanto, cuáles son las demandas del CERMI en este ámbito?
Otra cuestión fundamental es que haya una detección precoz de las necesidades educativas especiales porque se trata de una población muy sensible a esos periodos críticos del desarrollo en los niños, que se dan en las primeras edades. Cuanto antes se intervenga, los pronósticos mejorarán.
También son cruciales los recursos de apoyo humanos, materiales, didácticos y tecnológicos. A veces no es tan importante incrementar las dotaciones, aunque en muchos casos sí, como reorganizar los recursos que existen.
La formación del profesorado también es fundamental, tanto inicial como permanente, y tener en cuenta las cuestiones particulares en relación con la accesibilidad universal del alumnado con discapacidad del que hablemos porque existe un alumnado que llega hasta la secundaria, pero luego no titula, a pesar de haber cursado sus cuatro años de ESO.
Además, podemos hablar de los idiomas extranjeros para los alumnos que tienen dificultades utilizando el habla, y es que uno de los problemas que se nos viene encima ahora es esa tendencia de hacer colegios bilingües en los que no se ha hecho ninguna previsión sobre qué es lo que pasará con este alumnado con discapacidad que están en esos centros donde están estudiando niñas y niños con discapacidad. Necesitarán unos apoyos específicos en los procesos de evaluación porque si no estos centros terminarán excluyendo a este alumnado.
¿Qué discapacidad o discapacidades se puede ver más perjudicado en la inclusión escolar en este tipo de centros?
Los niños y niñas que tengan mayores dificultades a nivel cognitivo o en expresión oral. Cuando hay una parálisis cerebral, en algunas discapacidades intelectuales, en sorderas que no han adquirido el habla, etc.
¿A qué achaca Carmen Jáudenes, como experta y coordinadora de la Comisión de Educación del CERMI Estatal, la deceleración y el estancamiento del avance de la educación inclusiva desde principios de este siglo?
Cuando comenzó la crisis, quizás por una cuestión de recursos en muchos casos, y en otros por desconocimiento de lo que supone la inclusión del alumnado con discapacidad, se produjo un estancamiento. Pero hay una cuestión que influye mucho, precisamente por la ignorancia.
Resulta que cuando comienza la inclusión escolar de los niños y niñas con discapacidad el siglo pasado, a finales de los años 80, se hace un gran esfuerzo en la formación de profesorado, en la sensibilización de la comunidad educativa, y en la preparación de material didáctico. Pero hemos estado viviendo de las rentas de ese único esfuerzo, de lo que se hizo en esos años. Sin embargo, la inclusión educativa, desgraciadamente, porque como no es algo que se consiga de un día a otro, necesita calar más a esos niveles de conocimiento y sensibilización de toda la comunidad educativa (profesores, auxiliares...), pero también de las administraciones, de las familias. Es algo en lo que hay que invertir de forma constante, no vale hacer un esfuerzo puntual y abandonarlo.
"Hemos estado viviendo de las rentas de ese único esfuerzo -realizado a finales de los 80-, pero la inclusión educativa no es algo que se consiga de un día a otro (...) es algo en lo que hay que invertir de una forma constante, no vale hacer un esfuerzo puntual y abandonarlo"
En el campo de la discapacidad, además, se han producido durante estas décadas muchos avances que hay que incorporar a la formación del profesorado, del personal de apoyo en los centros educativos y en las titulaciones académicas de las personas que luego serán los docentes. Aquí todavía queda un largo recorrido.
La formación, en el caso de la logopedia, por ejemplo, lo que se llamaba magisterio de audición y lenguaje, que era una especialidad dentro de magisterio, ha quedado reducida a una mención de aproximadamente 30 créditos: todo un hachazo a una formación especializada que necesitan estos profesionales para tratar con el alumnado con discapacidad. En ese sentido, todavía hay que progresar mucho y, sobre todo, hay que mantener alzadas de una forma permanente las banderas de la sensibilización y del conocimiento.
¿Qué porcentaje de población infantil con discapacidad queda en España por incluir? ¿Por qué cuesta más ahora que en los años 80?
Según los datos del Ministerio de Educación del último Informe del Consejo Escolar del Estado estamos hablando de un 20 por ciento de alumnado con discapacidad sin incluir, pero va por discapacidades.
No es la discapacidad en sí la que tiene problemas para incluirse. Aquí me gustaría resaltar que los mayores índices de inclusión corresponden al alumnado con trastornos de conducta y personalidad (96,4 por ciento), después con discapacidad visual (95,9), y luego con discapacidad auditiva (93,3 por ciento). Sin embargo, me sorprende que el Ministerio en este documento no haya aportado datos sobre el alumnado con discapacidad física.
No obstante, España tiene uno de los niveles más aceptables en cuanto a inclusión educativa, en cuanto a cantidad, otra cosa sería meternos en la calidad.
"España tiene uno de los niveles más aceptables en cuanto a inclusión educativa, en cuanto a cantidad, otra cosa sería meternos en la calidad"
¿Cuál o cuáles discapacidades son las que tienen más barreras para ser incluidas en los centros educativos?
Más que una en concreto, probablemente cueste más la inclusión cuando el alumno o la alumna tenga más de una discapacidad a la vez.
¿Qué ideas pioneras, vanguardistas se te ocurren para logarlo?
El eje central del éxito de la educación inclusiva depende del profesorado, y esto no es ni muy novedoso, ni muy vanguardista.
Es fundamental que todo lo que sea vanguardia en Educación tenga en cuenta siempre a la discapacidad. Por ejemplo, la incorporación de las nuevas tecnologías a los centros educativos: ¿es una barrera o una oportunidad? Depende de cuán accesibles sean y de que cuando se diseñen o se implementen, etc., se realicen para todos, pensando en todos. Eso es vanguardia. En Educación vanguardia sería incorporar a la discapacidad en los avances educativos.
"En Educación vanguardia sería incorporar a la discapacidad en los avances educativos"
Dices que el eje sería el profesorado, ¿pero qué papel tiene la familia para la inclusión? Me vienen a la mente aquellas que animan o alientan más al hijo que a la hija con discapacidad para que continúen sus estudios, especialmente más allá de los 16 años.
No tenemos datos y no tengo la respuesta. Pero en los datos globales que se dan de escolarización esa situación que mencionas no se percibe, hablo de la enseñanza obligatoria. Después haría falta que nos aportaran los datos desagregados que, por cierto, aún no tenemos y que nos parece importantísimo tener junto a estos con los que ya contamos respecto al alumnado con discapacidad, pero que siguen siendo una foto muy gruesa, un posado general. Nos parece necesario que haya más datos para saber qué hay que mejorar.
Remitiéndonos a los datos generales, la diferencia entre alumnos y alumnas con discapacidad escolarizados no se aprecia hasta la secundaria. Pero un hecho a tener muy en cuenta es que de los 170.000 alumnos y alumnas con discapacidad escolarizados, solo 6.000 y pico continúan su educación post obligatoria, es decir, realizan una FP de grado superior o el bachillerato. En ese punto es en el que tenemos que tomar conciencia del talento que se pierde por el camino, de cuantos jóvenes con discapacidad abandonan el colegio. Y por eso es crucial que tengamos datos, desagregados por sexo y por discapacidad, y descubrir qué está pasando en todo ese trayecto para impedir que siga sucediendo.
"De los 170.000 alumnos y alumnas con discapacidad escolarizados, solo 6.000 y pico continúan su educación post obligatoria (...) Es crucial que tengamos datos y descubrir qué está pasando en todo ese trayecto para impedir que siga sucediendo"
En este mismo sentido, también nos haría falta para mejorar que cuando se hacen evaluaciones, como parte de los indicadores de calidad, se tuviera en cuenta al alumnado con discapacidad y a su situación. Así sabríamos lo que está pasando.
¿Cómo se consigue, además de acomodando el ordenamiento jurídico a la Convención Internacional de los Derechos de las Personas con Discapacidad, que se reconozca el derecho de los niños y las niñas con discapacidad a una educación inclusiva para que sus vidas sean dignas, faltaría más, pero también inspiradoras?
Si queremos que la inclusión funcione a todos los niveles, en el día a día de cada uno, ha de realizarse desde el jardín de infancia. Si desde pequeño convives con naturalidad y normalidad con compañeros y compañeras con discapacidad, la experiencia se interioriza de tal manera que se enriquecen las dos partes, el alumnado sin y con discapacidad.
Si una persona que estudia la carrera de Arquitectura, por ejemplo, ha convivido en otras etapas escolares con una persona usuaria de silla de ruedas, no se olvidará jamás en su trabajo de contemplar la accesibilidad. La convivencia normaliza y enriquece a todos.
¿Qué labor de concienciación y asesoramiento tiene el CERMI y todos sus miembros en este sentido?
Estamos permanentemente activados y alertas para que se cuente con la presencia del CERMI en todas las estrategias, planes o legislaciones y pueda apuntar tanto las carencias, como todo aquello que pueda mejorarse o que pueda enriquecer.
También tenemos una presencia muy activa dentro del
Consejo Escolar del Estado, mediante Mª Luz Sanz, que es consejera. De este modo, todo lo que pasa por el consejo se revisa desde CERMI para presentar las enmiendas correspondientes. Es un trabajo absolutamente continuo.
¿Cuáles son los beneficios para la sociedad si todos los niños y las niñas con discapacidad se incluyeran con normalidad en la educación ordinaria?
Muchas veces no se sabe cómo tratar a la persona con discapacidad: si hay que ayudarle a pasar o no, etc. Y eso te hace retraerte en lugar de tener una conducta más natural, así como relacionarte con menos normalidad. A veces, cuando te relacionas con una persona con discapacidad da un poco de miedo meter la pata, ofender, extralimitarte o no llegar, y en cambio, cuando eres niño, esa barrera no existe. La inexistencia de esa barrera, mediante la inclusión educativa, sería un enorme beneficio.
"Al Estado le falta también información y voluntad para coger el toro por los cuernos y mantener una posición activa y constante en relación con la inclusión educativa"
¿Por qué temas tan lacerantes y tan graves para los niños y las niñas con discapacidad como es la discriminación que sufren en los colegios y su dificultad para incluirse totalmente en la educación ordinaria siguen tan invisibilizados y parece que el Estado no toma medidas?
No somos ajenos a lo que les sucede a los demás, a sus problemas, a sus déficits y a los del Estado, a las perversiones que puede tener el sistema. El alumnado con discapacidad está dentro del sistema, y le afecta también. No vivimos en una burbuja, nos afectan los problemas del resto.
El desconocimiento, la falta de información, unos cánones que priman la normalidad... Existen todavía muchos prejuicios y muchas, interprétese bien, por favor, "fantasías". Aún hay familias de alumnos en los centros educativos que piensan que un niño o una niña con discapacidad puede retrasar el nivel de sus propios hijos, por ejemplo, o bien creen que le puede pasar algo al alumno o alumna con discapacidad que decide participar en una actividad extraescolar... Hay mucho fantasma, mucho miedo, muchísima ignorancia todavía.
Al Estado, por su parte, le falta también información, pero no solo, también carece de voluntad para, de una vez por todas, coger el toro por los cuernos y mantener una posición activa y constante en relación con la inclusión. No vale que diga que va a adoptar una gran medida y a realizar un gran plan, y aquí paz y después gloria.
¿Para cuándo ese Pacto de Estado en el que se exija una Educación Inclusiva de calidad en España?
Nuestra idea es que dentro del pacto por la Educación, la discapacidad, el alumnado con discapacidad tenga una presencia transversal, ya que forma parte del sistema. No se puede hacer un pacto y, posteriormente, acordarse que hay un porcentaje de alumnos y alumnas con discapacidad.
Se está trabajando en él, aunque no existe todavía. Están teniendo lugar las comparecencias en el Congreso de los Diputados. El presidente del CERMI, Luis Cayo, compareció hará un mes y pico ante la comisión que está trabajando por el pacto. La entidad pidió dicha comparecencia porque la discapacidad tiene que tener una presencia desde el origen del pacto, y de forma transversal.
"La discapacidad tiene que tener una presencia desde el origen del pacto, y de forma transversal"
Formalmente, no sé qué plazos tiene. Pero la idea es que en el congreso se geste un consenso y una vez que se logre, con todas las fuerzas políticas, el Ministerio se ponga a trabajar para acometer los cambios que tengan que hacer.
Lo importante es conseguir el consenso del pacto para evitar que el partido que llegue al poder haga su ley sin consensuar. Es fundamental que se realice consensuado y que, desde el origen, esté presente el alumnado con discapacidad.